lunes, 25 de febrero de 2013

Adicto a los videojuegos

Nombre omitido


Pasaba tanto tiempo jugando que dejé de hacer lo que realmente importaba.
Cuando tenía trece años, mi madre me obsequió un videojuego para mi cumpleaños. Los videojuegos eran relativamente nuevos para mí, y éste tenía gráficos muy buenos y era muy divertido. Había receso escolar, así que decidí que terminaría el juego lo antes posible para tener más tiempo de jugar al aire libre con mis amigos.
Una jueves por la tarde empecé a jugar mi nuevo videojuego. Cuando quise acordarme, era ya después de la medianoche y no había hecho mi oración personal; aun así, seguí jugando.
Las cosas empeoraron. Cuando me desperté al día siguiente, lo primero que hice fue encender el juego y empezar a jugar de nuevo. Apenas me detenía para comer o dormir, y lo único en lo que pensaba era en cómo iba a llegar al siguiente nivel del juego.
El sábado por la noche, mi madre me advirtió que si no iba a acostarme temprano, tendría dificultad para despertarme a la mañana siguiente e ir a la capilla. Pero seguí jugando y no me dormí hasta las tres de la madrugada. Al llegar a la capilla, estaba tan cansado que me costaba concentrarme. No pude repartir la Santa Cena y regresé a casa a dormir, completamente exhausto.
Dormí todo el domingo y no me desperté hasta el lunes por la mañana, y lo hice únicamente para seguir jugando. Esa semana sabía que tenía que dormir bien y tratar de acostarme temprano, pero a pesar de eso, seguí desperdiciando mi tiempo con videojuegos. Empecé a pasar más tiempo jugando videojuegos que leyendo las Escrituras. De hecho, hasta dejé de leer durante varios días. Cuando se reanudaron las clases, mamá me prohibió jugar durante la semana, así que aprovechaba los fines de semana para jugar, incluso los domingos.
Al dejar de asistir a los servicios dominicales, dejé de hacer las cosas que eran realmente importantes por algo tan trivial como un videojuego. No estaba siguiendo el consejo de mi abuelo, que en una ocasión dijo: “Nunca abandones las cosas que realmente importan por algo superficial”. Ese consejo siempre me quedó grabado.
Me di cuenta de que debía encontrar equilibrio en mi vida. Algo que me ayudó fue la clase de seminario. En mi escuela secundaria, seminario era parte del programa diario de estudios, y me ayudó mucho. Me dio la oportunidad de aprender a establecer correctamente mis prioridades y a poner al Señor antes que cualquier otra cosa. Si confiamos en Él y le pedimos desde lo más hondo de nuestro corazón que nos ayude con algún aspecto de nuestra vida, el Señor nos oirá. Si verdaderamente deseamos cambiar, podemos hacerlo.
Afortunadamente, no tuve que pasar por un problema grave para dejar los videojuegos. Me bastó con establecer correctamente mis prioridades y limitar el tiempo que pasaba jugando. Sin embargo, eso no sucedió hasta que le pedí al Señor en oración que me ayudara; y Él me ayudó.

¿Es digno de nuestro tiempo?

“Consideremos la forma en que utilizamos nuestro tiempo en las decisiones que tomamos al ver televisión, jugar videojuegos, navegar por internet o leer libros o revistas. Naturalmente es bueno ver diversiones sanas o adquirir información interesante. Pero no todo ese tipo de cosas vale el tiempo que dedicamos para obtenerlas. Algunas cosas son mejores y otras son excelentes”.
Élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, “Bueno, mejor, excelente”, Liahona, noviembre de 2007, pág. 105.



Fuente: https://www.lds.org

Luz… Cámara… ¡Acción!

Adrián Ochoa Second Counselor in the Young Men General Presidency


Tú eres quien decide cómo escribir el guion de tu vida.
Es probable que hayan oído la frase “El mundo entero es un escenario”, de la obra famosa de William Shakespeare Como gustéis. La idea que el personaje de Shakespeare estaba expresando era que todos somos actores que interpretan un papel en la grandiosa obra de teatro que es la vida. La pregunta que les hago ahora es: “¿Cuál es el papel de ustedes en la vida?” o, mejor aún: “¿Cuál desean que sea el papel de ustedes en la vida?”.
El presidente David O. McKay (1873–1970) dijo: “Los pensamientos son las semillas de nuestros hechos, y los preceden”. Pero, ¿qué es lo que hace que sus pensamientos se conviertan en el guion en su cerebro? Seguramente saben que nuestro cerebro es como una computadora: de él sólo sale lo que hayan guardado en él. Si sólo le ponen basura, entonces eso será lo único que sacarán de allí. Tienen que saber que todo lo que miran, leen o escuchan los ayudará a escribir el guion de su vida.

Imágenes y pensamientos potentes

Dado que gran parte de mi trayectoria profesional tuvo lugar en el ámbito de la publicidad, tengo mucha experiencia en cuanto a la forma en que los medios de comunicación crean imágenes y pensamientos potentes en la mente de las personas. El hacer un anuncio publicitario de televisión muy bueno puede ser exactamente igual que producir una película de Hollywood, sólo que el rodaje o la filmación por lo general se lleva a cabo en pocos días, en vez de meses.
Después de pasar largo tiempo investigando y planeando una campaña publicitaria, probablemente contrataba camarógrafos de Hollywood, modelos de Italia y productores musicales de la ciudad de Nueva York; entonces comenzaba el trabajo. Tras un frenético horario de producción, lanzábamos la campaña publicitaria en todo tipo de medios de comunicación. Era un trabajo fascinante, emocionante y divertido.
“Ten cuidado de que tu participación en los medios de comunicación no entorpezca tu sensibilidad hacia el Espíritu” (Para la Fortaleza de la Juventud 2011, pág. 12).
Gracias a esa experiencia, puedo decirles con certeza que los avisos publicitarios que ven en línea, en la televisión o en las revistas no son reales. Las imágenes que ven son simplemente creaciones artísticas, hechas a propósito con el fin de tentar a la gente para que compre el producto anunciado. Por esa razón, nunca accedí a hacer propaganda de productos en los que no creía. La mayoría de las personas entienden esta realidad sobre la publicidad, pero el mismo principio general se aplica a las películas, a los programas de televisión, al contenido para internet o para la telefonía celular y los juegos electrónicos: todos se diseñan y se crean con mensajes y objetivos deliberados.

Protección potente

Debido a que Satanás se vale de los medios de comunicación para tratar de desviarnos y lograr que quebrantemos los mandamientos de Dios, ustedes deben seguir con resolución inquebrantable el consejo que aparece en Para la Fortaleza de la Juventud: “Elige sabiamente al usar los medios de comunicación, ya que lo que lees, escuchas o miras influye en ti. Selecciona únicamente los medios de comunicación que te eleven”.
Recuerden que en realidad ustedes están en esta vida con el fin de cultivar la fe, ser probados, aprender y ser felices. Como miembros de la Iglesia verdadera de Cristo, disponen de gran poder para ayudarlos; tienen el poder del Espíritu Santo que les advertirá cuando se enfrenten con algo que no sea correcto. También tienen el poder del albedrío, a fin de que puedan decidir lo que harán y lo que no harán.
Si en ocasiones no han sido prudentes y a veces han escogido ver o escuchar algo que no era apropiado, decidan en este momento realizar un cambio. Si esas malas decisiones han disminuido su capacidad para sentir el Espíritu, arrodíllense y pídanle al Padre Celestial que los fortalezca y los perdone. Y si siguieran teniendo problemas, pidan ayuda a sus padres o al obispo. Quizá sientan vergüenza o temor de hablar con ellos, pero eso significa que tienen aún mayor necesidad de hacerlo. Con valor y humildad, pueden vencer sus dificultades y, al hacerlo, sentirán la gloriosa paz y el gozo del arrepentimiento.
Ustedes no son simplemente actores o actrices sobre un escenario; son hijos de Dios que se encuentran en un mundo de probación lleno de medios de comunicación buenos y malos. Si nutren su espíritu con el contenido apropiado, el papel que tengan en la vida será uno de felicidad, y serán como una luz que resplandezca para ayudar y guiar a los demás. Siempre estamos rodeados de oscuridad, pero siempre hay un sendero eterno y alumbrado que nos guía a la fuente de luz y de todo lo bueno.



Fuente: https://www.lds.org

¿Cómo dirijo una reunión?


Aprender a dirigir una reunión puede ser un poco intimidante al principio, pero se volverá más fácil. Aquí presentamos algunas ideas.
Ya tienes 12 años y has pasado de la Primaria a las Mujeres Jóvenes o al Sacerdocio Aarónico. Todo va muy bien y te encantan algunas de las cosas nuevas que haces. Pero has descubierto que este cambio también trae nuevas responsabilidades. Una de ellas que tal vez sea un poco intimidante para ti es que ahora quizás te pidan que dirijas reuniones.
Dependiendo de qué reunión tengas que dirigir (una actividad de la Mutual, la reunión del domingo, la reunión de presidencia de clase o del quórum) lo que tengas que hacer y los temas que se han de tratar pueden ser un poco diferentes, pero aquí tienes algunas ideas y normas generales que puedes considerar al cumplir con esa responsabilidad:
  • Prepara una agenda que indique lo que sucederá en la reunión. Pregunta a los líderes si tienen el formato de una agenda que puedas llenar.
  • Escoge música que invite al Espíritu.
  • Planifica las oraciones para comenzar y para terminar.
  • Si es posible, haz las asignaciones con anticipación.
  • Llega temprano y asegúrate de que todo esté listo.
  • Anuncia quiénes ofrecerán las oraciones, quién dirigirá la música, quién enseñará y quiénes harán otras cosas en la reunión.
  • Dirige con reverencia y permite que el Espíritu te guíe. Sé un buen ejemplo para los demás jóvenes que asisten a la reunión.
Aprender a dirigir una reunión puede ser un poco intimidante al principio, pero será más fácil cuanto más lo hagas y te ayudará a adquirir ciertas destrezas que necesitarás como futuro líder de la Iglesia.

Ejemplo de agenda para una reunión

La mayoría de las reuniones de la Iglesia siguen el mismo modelo. Esto es lo que muy probablemente forme parte de la agenda:
  • Bienvenida
  • Primer himno
  • Primera oración
  • Presentación de los visitantes
  • Asuntos y anuncios
  • Lección o actividad
  • Última oración



Fuente: https://www.lds.org

Necesitamos la Iglesia de Cristo

David A. Edwards Church Magazines


Una actitud que está de moda es una mentira diabólica.
Si pudieran echarle un vistazo a la caja de herramientas del diablo, verían instrumentos de precisión para descarriar a las personas, así como también algunas herramientas muy gastadas que obviamente se encuentran entre las que usa más.
Una sierra en particular a la que ha estado recurriendo cada vez más estos días tiene la forma de esta sutil mentira: “No necesitas una religión organizada para ser una buena persona, para ser espiritual o para amar a Jesús. De todos modos, todas las iglesias son imperfectas y corruptas”.
Hay astucia en este engaño, ya que se apoya en un par de ideas que son ciertas a fin de que ustedes se “traguen” la gran mentira. Es verdad que debemos fortalecer nuestra relación con Dios y que las personas son imperfectas, pero esos hechos no significan que la idea de una iglesia sea mala.
Este razonamiento es falso, y a continuación hay cinco razones que explican el porqué:
1. Cristo estableció Su Iglesia. En los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, verán que gran parte del ministerio del Salvador consistía en llamar a personas, darles autoridad, capacitarlos para que fueran líderes y enseñarles a trabajar en grupo. El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, ha enseñado: “Aquellos que rechazan la necesidad de la religión organizada rechazan la obra del Maestro, que estableció Su Iglesia y sus oficiales en el meridiano de los tiempos y que los restableció en tiempos modernos”.
2. La Iglesia administra el Evangelio y sus ordenanzas. El Salvador enseñó claramente que el bautismo y el don del Espíritu Santo son necesarios para la salvación (véase Juan 3:5), y que la autoridad para predicar el Evangelio y llevar a cabo estas ordenanzas estaba reglamentada. Como ha dicho el élder Oaks: “La Biblia deja en claro que la autoridad del sacerdocio es necesaria y que esa autoridad se tenía que conferir mediante la imposición de manos de aquellos que la poseían. La autoridad del sacerdocio no provino del deseo de servir ni de la lectura de las Escrituras”.
A medida que encuentres las mentiras que son las herramientas de comercio del diablo, recuerda que tienes tu propio juego de herramientas para ayudarte a vivir el Evangelio.
3. La Iglesia nos ayuda a llegar a ser mejores personas. Hace poco, el élder Donald L. Hallstrom, de la Presidencia de los Setenta, enseñó: “Necesitamos el Evangelio y la Iglesia. De hecho, el propósito de la Iglesia es ayudarnos a vivir el Evangelio”. Aunque la Iglesia esté compuesta de personas imperfectas, nos ayuda a llegar a ser más semejantes a Jesucristo al enseñarnos Su doctrina, al darnos oportunidades de servir y de progresar individualmente, y al permitirnos hacer y renovar convenios con Dios.
4. La unidad es importante. El Señor nos ha mandado: “Sed uno; y si no sois uno, no sois míos” (D. y C. 38:27). Esta unidad es una parte esencial del plan que el Padre Celestial tiene para nosotros. El presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, ha enseñado:
“Como hijos de nuestro Padre Celestial, procreados en espíritu, anhelamos el gozo que una vez sentimos con Él en una vida anterior. Por Su amor hacia nosotros, Él desea concedernos ese sagrado deseo de la unidad.
“Él no puede concedernos ese deseo a cada uno de manera individual. El gozo de la unidad que tanto desea concedernos no es aislado; debemos buscarlo y ser dignos de él junto con las demás personas. Por lo tanto, no es de sorprender que Dios nos inste a reunirnos para bendecirnos”.
5. El término “organizada” no es sinónimo de “mala” ni “corrupta”. Por lo general, cuando alguien dice que una persona o una cosa es “organizada”, es un elogio. Sin embargo, por alguna razón, si se dice de la religión, implica un desaire. Según el élder Neal A. Maxwell (1926–2004), del Quórum de los Doce Apóstoles, una de las razones por las que Cristo organizó Su Iglesia fue “porque la bondad al azar y aislada no es suficiente para luchar contra el mal”. El Señor explicó el asunto con claridad cuando dijo: “He aquí, mi casa es una casa de orden, dice Dios el Señor, y no de confusión” (D. y C. 132:8). Organizada es precisamente lo que una religión debe ser.
Cuando se encuentren con las mentiras que el diablo utiliza como herramientas de trabajo, recuerden que ustedes tienen su propio juego de herramientas que los ayudan a vivir el Evangelio; herramientas que tenemos a nuestra disposición mediante la Iglesia de Jesucristo: las Escrituras, el don del Espíritu Santo, su testimonio personal y las verdades reveladas por medio de los profetas modernos.



Fuente: https://www.lds.org

Cómo responder a preguntas acerca del Plan de Salvación

Michael R. Morris Church Magazines


La próxima vez que tus amigos hagan preguntas acerca del Plan de Salvación, considera usar estas respuestas breves.
“¿Y qué creen los mormones acerca del matrimonio?”, me preguntó mi maestra de español de la escuela secundaria.
Todos mis compañeros de clase se dieron la vuelta para escuchar mi respuesta. Me preguntaba cómo habíamos pasado de un análisis sobre Don Quijote y Dulcinea a salir en citas y el matrimonio.
No había ningún otro miembro de la Iglesia en la clase. ¿Qué debía decir? ¿En cuánto detalle debía entrar? ¿Se burlarían de mí si hablaba acerca del matrimonio eterno?
“Nosotros, eh… ”, dije con voz entrecortada, sin saber aún qué decir.
A medida que más personas escuchen acerca de la Iglesia, los Santos de los Últimos Días tendrán más oportunidades para contestar preguntas acerca del Evangelio.
Justo en ese momento mi amiga Denise salió al rescate. “Los mormones tienen un concepto hermoso del matrimonio”, dijo ella. “Ellos creen que los matrimonios realizados en los templos pueden durar para siempre”.
“Eso es hermoso”, respondió nuestro maestra. Mis compañeros parecían satisfechos.
Con esa respuesta la clase continuó y yo me quedé pensando por qué me puse tan nervioso sobre una pregunta que mi compañera, que no es miembro de la Iglesia, respondió tan fácilmente.
A medida que más personas escuchan acerca de la Iglesia, los Santos de los Últimos Días tendrán más oportunidades de contestar preguntas acerca del Evangelio. En la escuela secundaria aprendí que no tenemos que dar respuestas largas y que tampoco debemos tener miedo. Las doctrinas simples y hermosas del Evangelio hablan por sí mismas.
La próxima vez que tus amigos te pregunten acerca de lo que conocemos como “el Plan de Salvación”, piensa en usar las siguientes respuestas breves, pues nos brindan los detalles que las personas quieren saber, y así no sentirás que tienes que explicar todo el Plan de Salvación en un gráfico.

¿De dónde venimos?

Somos seres eternos. Antes de nacer, vivíamos con Dios, el Padre de nuestros espíritus. Todas las personas en la tierra son literalmente hermanos y hermanas del mismo Padre Celestial. En nuestra vida preterrenal, cada uno de nosotros era un ser individual con una naturaleza y un destino divinos. Dios nos dio a todos el don del albedrío, o el derecho a elegir por nosotros mismos, tanto en la vida preterrenal como aquí en la tierra. Debido a que Él es el Padre de nuestros espíritus, lo llamamos nuestro Padre Celestial.

¿Por qué estamos aquí?

La vida terrenal es parte del plan de Dios para nuestra felicidad eterna. Ese plan incluye el obtener un cuerpo físico y aprender a escoger entre el bien y el mal. Nuestro profeta viviente, el presidente Thomas S. Monson, ha dicho: “Cuán agradecidos debemos estar de que un sabio Creador formara una tierra y nos colocara en ella con un velo de olvido sobre nuestra existencia anterior para que experimentásemos un período de prueba, una oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos que podemos ser merecedores de todo lo que Dios ha preparado para darnos” (“La carrera de la vida”, Liahona, mayo de 2012, pág. 91).

¿Adónde vamos después de esta vida?

Nuestras vidas continúan después de morir, mas nuestras vidas futuras dependen de cómo vivamos ahora. Si vivimos el Evangelio, la gracia del Señor Jesucristo nos permite arrepentirnos, ser perdonados y llegar a ser limpios ante Dios.
“Si viven los principios del Evangelio [en vez de] sólo estudiarlos, esa combinación especial de conocimiento les permitirá sentirse cómodos y preparados para enseñar lo que saben que es verdad”.
–Élder M. Russell Ballard
En el Libro de Mormón aprendemos “que los espíritus de todos los hombres, en cuanto se separan de este cuerpo mortal… sean buenos o malos, son llevados de regreso a ese Dios que les dio la vida.
“Y sucederá que los espíritus de los que son justos serán recibidos en un estado de felicidad que se llama paraíso: un estado de descanso, un estado de paz, donde descansarán de todas sus aflicciones, y de todo cuidado y pena” (Alma 40:11–12).
Si aplicamos la Expiación o sacrificio de Jesucristo a nuestra vida, nos arrepentimos de nuestros pecados y nos esforzamos por vivir como Él vivió, Su expiación nos limpiará y permitirá que vivamos para siempre con nuestro Padre Celestial.
Aquellos que no escojan seguir a Cristo ni acepten Su Evangelio, no recibirán esas bendiciones (ver Alma 40:13–14).

¿Cuál es la función de Jesucristo?

Nuestro Padre Celestial envió a Su Hijo Jesucristo para ser nuestro Salvador y mostrarnos la manera de vivir según el plan de Dios. La expiación del Salvador puede lavar nuestros pecados y permitirnos ser merecedores de volver a la presencia de Dios. Después de la crucifixión del Salvador, Su cuerpo fue puesto en la tumba durante tres días hasta que volvió Su espíritu. Como resultado de la victoria de Jesús sobre la tumba (véase Mormón 7:5), todos resucitaremos después de morir y viviremos para siempre con cuerpos perfectos.

Únete a la conversación

En febrero estudiarás sobre el Plan de Salvación en tus clases de la Escuela Dominical, las Mujeres Jóvenes y los quórumes del sacerdocio. La Escuela Dominical en particular se centrará en cómo enseñar el Plan de Salvación. Considera crear una lista de preguntas adicionales que tú o tus amigos podáis tener sobre el Plan de Salvación y compártelas con el maestro y otros jóvenes de tu barrio o rama. Juntos podéis encontrar maneras de ayudar a enseñar esta doctrina a los demás.



Fuente: https://www.lds.org

La educación académica

Craig A. Cardon Of the Seventy


Un mayor conocimiento nos da la oportunidad de ser una influencia más grande para lograr los propósitos del Señor.
Con un gran deseo y ansiedad por el bienestar de sus almas, Jacob enseñó al pueblo de Nefi “cosas que son y que están por venir” (2 Nefi 6:4). Ése era su pueblo y lo amaba; les enseñó quiénes eran realmente y las promesas del Señor concernientes a ellos. Al enseñarles acerca del Salvador, exclamó: “¡Oh, cuán grande es la santidad de nuestro Dios! Pues él sabe todas las cosas, y no existe nada sin que él lo sepa” (2 Nefi 9:20; cursiva agregada).
Vale la pena recordar eso al considerar la importancia de la educación académica. Siglos antes, en otra parte del mundo, el padre Abraham “[buscó] las bendiciones de los padres” y deseó “también ser el poseedor de gran conocimiento, y ser un seguidor más fiel de la rectitud, y lograr un conocimiento mayor” (Abraham 1:2).
Ustedes son amados hijos e hijas de Dios, y “son los hijos de los profetas; y son del convenio que el Padre concertó con… [Abraham]” (3 Nefi 20:25). Al igual que Abraham, tienen en ustedes la capacidad de “poseer un gran conocimiento” a medida que se les instruye en las cosas que “[les] conviene comprender” (D. y C. 88:78).
El Señor ha indicado que el conocimiento deseable incluye “cosas tanto en el cielo como en la tierra, y debajo de la tierra; cosas que han sido, que son y que pronto han de acontecer; cosas que existen en el país, cosas que existen en el extranjero; las guerras y perplejidades de las naciones, y los juicios que se ciernen sobre el país; y también el conocimiento de los países y de los reinos” (D. y C. 88:79).
¿Por qué? ¿Por qué es tan importante obtener una educación académica? El Señor mismo proporciona una explicación maravillosa: “…a fin de que estéis preparados en todas las cosas, cuando de nuevo os envíe a magnificar el llamamiento al cual os he nombrado y la misión con la que os he comisionado” (D. y C. 88:80).
En este mundo cada vez más complejo, la educación académica es una de las adquisiciones más importantes de la vida; y si bien es verdad que tener más preparación, por lo general, conduce a la oportunidad de disfrutar de más beneficios materiales, lo de más valor al tener mayor conocimiento es la oportunidad que nos brinda de ser una influencia más grande para lograr los propósitos del Señor. Como se explica en Para la Fortaleza de la Juventud: “La educación académica es una parte importante del plan de nuestro Padre Celestial para ayudarte a llegar a ser más como Él. Él desea que eduques tu mente y cultives tus aptitudes y talentos, tu poder para conducirte bien en tus responsabilidades y tu capacidad para apreciar la vida”.
Instrúyanse y hagan caso de los consejos de Dios. Él los bendecirá y prosperará para lograr Sus propósitos.
Asimismo, el profeta José Smith enseñó: “En el conocimiento hay poder. Dios tiene más poder que todos los otros seres, porque Él tiene mayor conocimiento”.
Por buenas razones, la educación formal requiere que por varios años se dediquen a una amplia gama de destrezas y temas, algunos de los cuales tal vez no conozcan o no les guste demasiado estudiar. Sin embargo, deben ser diligentes en sus estudios, pues amplían sus horizontes y expande la capacidad de su mente para aprender también otros aspectos. De hecho, el estar expuestos a una amplia gama de destrezas y temas básicos les da la oportunidad de reconocer las aptitudes y los temas que verdaderamente les interesan. Con eso en mente, al continuar su educación tendrán la oportunidad de estudiar más a fondo las cosas que verdaderamente les gusten.
El presidente Henry B. Eyring, primer consejero de la Primera Presidencia, compartió un consejo muy valioso que recibió de su padre cuando le aconsejó que estudiara “algo que te guste tanto que cuando no tengas nada en qué pensar, eso sea en lo único que pienses”. La hermana Cardon y yo hemos aconsejado a nuestros hijos que estudien y sigan una carrera que les interese tanto que cuando vayan a trabajar lo hagan “saltando de alegría”.
Jacob amonestó a su pueblo contra las “vanidades, y las flaquezas, y las necedades de los hombres”. Explicó: “Cuando son instruidos se creen sabios, y no escuchan el consejo de Dios”. Después agregó esta ennoblecedora verdad: “Pero bueno es ser instruido, si hacen caso de los consejos de Dios” (2 Nefi 9:28–29).
Fórmense y hagan caso de los consejos de Dios. Él los bendecirá y prosperará para lograr Sus propósitos.



Fuente: https://www.lds.org

Qué hacer para no volver a tener una clase aburrida en la Iglesia

Ted Barnes Church Curriculum Editor


Descubre tu función esencial en el nuevo método de aprendizaje dominical.
Piensa en la última vez que estuviste en una clase de la Iglesia y estabas teniendo una gran experiencia espiritual que no deseabas que se acabara. Esperamos que no tengas que pensar demasiado. ¿Qué fue lo que hizo que la clase resultara tan significativa? ¿Qué hizo tu maestro? Mejor aún, ¿qué hiciste tú?
Alguien le preguntó al presidente Spencer W. Kimball: “¿Qué hace usted cuando se encuentra en una reunión sacramental aburrida?”. Su respuesta fue algo sorprendente: “No lo sé. Nunca he estado en una” (véase Donald L. Hallstrom, “Convertidos a su Evangelio por medio de la Iglesia”, Liahona, mayo de 2012, pág. 15). 
Tal vez el presidente Kimball nunca estuvo en tu barrio o tal vez tenía otra perspectiva sobre las reuniones de la Iglesia. Tal vez se preparaba de forma diferente, participaba de forma diferente o vivía de forma diferente como resultado de sus experiencias.

¿Por qué vas a la Iglesia?

Las personas van a la Iglesia por diferentes razones, pero si vamos para entretenernos es muy probable que nos decepcionemos. Incluso el ir para obtener información nueva sobre el Evangelio puede que no sea el mejor motivo.
El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, ha dicho que nuestra meta máxima es “más que la adquisición de conocimiento. No es siquiera suficiente para nosotros estar convencidos de la veracidad del Evangelio; debemos actuar y pensar a fin de ser convertidos por medio de él. A diferencia de las instituciones del mundo, que nos enseñan a saber algo, el Evangelio de Jesucristo nos desafía a llegar a ser algo” (“El desafío de lo que debemos llegar a ser”, Liahona, enero de 2001, pág. 40). 
El propósito del Evangelio es cambiarnos, cambiar no sólo nuestro punto de vista y pensamientos, sino también nuestras acciones y nuestros corazones. Quizás para algunos de nosotros la conversión llegue en un momento dramático durante una clase de Escuela Dominical. Pero para la mayoría, lo que sucede en la Iglesia es tan sólo un paso en el largo camino hacia la conversión de toda la vida. Lo que se hace antes y después de la clase puede ser igual de importante.

Como un fuego se ve ya ardiendo

Considera los pasos que das para encender una hoguera. Probablemente reúnes un montón de leña menuda que se enciende fácilmente. Entonces, después que está encendida, alimentas el fuego con grandes pedazos de madera. Y si deseas que el fuego dure mucho tiempo, seguirás vigilándolo y agregando troncos según sea necesario.
Nuestras experiencias en la Iglesia pueden conducir al fuego de la conversión sólo si estamos preparados, si estamos en una condición espiritual para recibir esa chispa y mantenerla ardiendo en nuestro interior.
Espiritualmente hablando, nuestras experiencias en la Iglesia pueden conducir al fuego de la conversión sólo si estamos preparados, si estamos en una condición espiritual para recibir esa chispa y mantenerla ardiendo en nuestro interior.
Este fuego se mantendrá vivo sólo si seguimos alimentándolo al seguir buscando conocimiento más profundo en nuestro estudio personal de las Escrituras, al compartir con otras personas lo que estamos aprendiendo, y al arrepentirnos y esforzarnos por vivir el Evangelio más plenamente.

Tomarlo personalmente

Recuerda que el propósito de estudiar el Evangelio es convertirnos, cambiar para llegar a ser más como el Salvador. Eso sólo ocurre si establecemos conexiones entre el Evangelio y nuestra vida personal. Así que cuando al ir clase, comparte tus experiencias y haz preguntas. Medita por qué el Evangelio es importante para ti.
Por ejemplo, cuando aprendes que todos vivíamos como hijos espirituales del Padre Celestial antes de venir a la tierra, ¿qué diferencia supone eso en tu vida? ¿Cómo afecta la forma en que te ves a ti mismo o a los demás? ¿Cómo cambia la manera en que piensas sobre tus tribulaciones? ¿Cómo influye en las decisiones que tomas?
Hacerse preguntas como éstas pueden convertir una clase de Escuela Dominical en un experiencia que te cambie la vida.

Encontrar los tesoros

¿Has tenido alguna vez la experiencia de encontrar algo poderoso en las Escrituras o en las palabras de los profetas vivientes, no algo que otra persona encontró para ti, sino algo que tú hayas descubierto por ti mismo? Tal vez hayas leído un versículo en el Libro de Mormón que parecía describir tu situación en casa o en la escuela. O tal vez hayas escuchado al presidente Thomas S. Monson decir algo que sonaba como si te estuviera hablando directamente a ti. Éstos son los tipos de experiencias que puedes tener en las clases de la Iglesia, si las buscas, si vas a las reuniones con el espíritu y la actitud correctos.
Recuerda que el propósito de estudiar el Evangelio es convertirnos, cambiar para llegar a ser más como el Salvador. Eso sólo ocurre si establecemos conexiones entre el Evangelio y nuestra vida personal.
Cuando se te invita a leer un pasaje de las Escrituras en clase, no lo leas solamente, ¡explóralo! Hay tesoros a lo largo de la palabra de Dios; ¡encuéntralos! Y al hacerlo, compártelos con la clase. Explica por qué son importantes para ti. Describe la diferencia que suponen en tu vida. Es posible que puedas inspirar a los demás a explorar por sí mismos.

No dejes que termine tan pronto

Sólo estamos en la Iglesia unas pocas horas a la semana. Si ése es todo el sustento espiritual que recibimos, vamos a estar espiritualmente desnutridos. Así que después de que hayas cerrado tus Escrituras, tenido la última oración y apilado las sillas, continúa meditando y explorando las cosas que hayas analizado en clase. Haz que sean el tema de tu estudio personal de las Escrituras. Busca las respuestas a las preguntas que tienes.
Sigue el ejemplo de José Smith. Después de leer un pasaje de las Escrituras que le impresionó profundamente, no paró de pensar en lo que había acabado de leer. Por el contrario, “lo [meditó] repetidas veces”. Se vio a sí mismo en esas palabras, y luego hizo lo que ellas le dijeron que hiciera. (Véase José Smith—Historia 1:11–13.) ¿Cuán diferente sería el mundo hoy en día si la experiencia de José con Santiago 1:5 hubiera terminado cuando cerró su Biblia?

Estudiantes que actúan

¿Puedes ver que la calidad de tus experiencias de aprendizaje del Evangelio tiene tanto que ver contigo, como con tus maestros? ¿Puedes ver que tiene mucho que ver con lo que hagas fuera de clase como lo que hagas en la clase?
El élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, recientemente enseñó: “Cada vez más, es necesario que los jóvenes aprendan y actúen… y que no sólo sean estudiantes pasivos sobre quienes principalmente se actúe” (“El corazón de los hijos se volverá”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 27). 
Es posible no volver a tener una clase aburrida en la Iglesia. Es una elección que uno hace de ir a la clase preparado espiritualmente a fin de participar activamente en descubrir las verdades del Evangelio por ustedes mismos y hacer esas verdades parte de su vida.



Fuente: https://www.lds.org

¿Cuándo debería servir?


Preparación misional para los Hombres Jóvenes
Cuando se anunciaron los cambios en la edad de elegibilidad para misioneros, es posible que tu “plan de vida” se haya modificado y ya no estés seguro sobre cuándo deberías ir a la misión. Cuándo servir en una misión es una decisión importante. Sigue leyendo para encontrar sugerencias útiles acerca de cuándo debes prestar servicio y cómo prepararte para estar listo cuando el Señor te necesite.

¿Cuándo puedo ir?

Ahora los jovencitos pueden ir a la misión a los 18 años, siempre y cuando hayan terminado la escuela secundaria. Pero sólo porque ahora pueden servir antes, no significa que tienen que hacerlo. En una conferencia de prensa posterior al anuncio de los cambios de edad, el élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles, declaró: “No estamos sugiriendo que todos los hombres jóvenes vayan o deban servir antes. Muchos aún prefieren comenzar a los 19 años o más adelante”.
Ya sea que decidas ir antes o después, puedes enviar la documentación de la recomendación misional 120 días antes de la fecha en que desees iniciar tu servicio como misionero. Independientemente de cuándo vayas, deberás estar preparado para cumplir con los requisitos espirituales y físicos. Recuerda que lo importante no es la edad que tengas, sino cuán preparado estés.
“Si tenéis deseos de servir a Dios, sois llamados a la obra… y fe, esperanza, caridad y amor, con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios, lo califican para la obra” (D. y C. 4:3–5).

¿Cómo puedo prepararme?

Si no lo has hecho ya, adquiere y mantén una rutina diaria del estudio de las Escrituras. Además de estudiar las Escrituras, especialmente el Libro de Mormón, estudia Predicad Mi Evangelio y el Manual misional. Debes ser capaz de enseñar las lecciones que se encuentran en el capítulo tres de Predicad Mi Evangelio, así como tener un testimonio personal. No es necesario tener todas las respuestas, pero debes saber cómo encontrar las que necesitas a través del estudio y la oración. No importa si sientes que necesitas mejorar en algunas áreas. Elabora un plan para fortalecer tus debilidades y síguelo.
Prepárate ahora a fin de estar listo para servir cuando llegue el momento. Sabrás cuándo lo estarás a medida que consultes con tus padres y líderes de la Iglesia con espíritu de oración.
Los misioneros también deben ser capaces de cuidar de sí mismos, incluso lavar la ropa, coser botones, preparar comidas, vivir dentro de un presupuesto, etc. Asegúrate de practicar una higiene adecuada y de cumplir con los requisitos físicos. Esto puede implicar aprender nuevas habilidades o cómo vivir de manera más saludable.

¿Qué debo hacer con la universidad?

Si tienes previsto asistir a la universidad, es una buena idea seguir adelante e inscribirte en los plazos normales mientras aún estás en la escuela secundaria. Una vez que te acepten puedes solicitar un aplazamiento en la mayoría de las universidades, en caso de que decidas servir justo después de graduarte de la escuela secundaria. De este modo estarás preparado para seguir avanzando después de tu misión.

¿Cómo sabré cuándo estoy listo para servir en una misión?

Reunirte con tu obispo te ayudará a saber cuándo estarás listo para servir. El élder Nelson explicó: “Estos ajustes en la edad son unas opciones nuevas que están disponibles para que los obispos evalúen qué es lo mejor para cada uno de sus jóvenes. Los jóvenes y las jovencitas no deben comenzar su servicio antes de que estar tanto temporal como espiritualmente”. Muchos factores, tales como la escuela, la salud, la dignidad, las finanzas o la preparación, afectan a cuándo debes servir. Considera todas las opciones con espíritu de oración. La oración constante y las reuniones regulares con tus líderes locales del sacerdocio te ayudarán a saber cuándo estarás lo suficientemente preparado.

Preparación económica

Los misioneros y sus familias deben hacer los sacrificios apropiados para proporcionar el sostén económico para una misión. Consulta con tus padres y tu obispo en cuanto a tu situación específica.

¿Cómo comienzo el proceso de recomendación para misioneros?

Si tú y tu obispo habéis determinado que estás listo, él establecerá una cuenta que te permita acceder al sistema en línea de recomendación misional y comenzará la documentación para tu misión. Algunas de las cosas que necesitas hacer incluyen un examen médico, actualizar tus vacunas y obtener una aprobación de salud dental. También se te pedirá proporcionar información personal y enviar una foto tuya.

¿Cuándo puedo ir al templo?

Una de las más grandes bendiciones relacionadas con la preparación para tu misión es la oportunidad de recibir la investidura del templo después de recibir el Sacerdocio de Melquisedec y tu llamamiento misional. Tú y tus padres debéis trabajar con tu obispo para decidir cuándo estarás listo para hacer y guardar los convenios sagrados. Estudia el manual de preparación para el templo y asegúrate de que tu conducta esté en consonancia con las normas de dignidad del templo.

Prepárate ahora

Prepárate ahora a fin de estar listo para servir cuando llegue el momento. Sabrás cuándo lo estarás a medida que consultes con tus padres y líderes de la Iglesia con espíritu de oración.



Fuente: https://www.lds.org

Voces de los jóvenes: Permanecemos en lugares santos

Los jóvenes comparten lo que les ayuda a permanecer en lugares santos.
El lema de la Mutual de este año es “Permaneced en lugares santos y no seáis movidos” (véase D. y C. 87:8). A medida que lleven una vida recta y guarden los mandamientos, podrán permanecer en lugares santos en muchos entornos, por ejemplo, en su hogar, en la Iglesia, en el templo, o en “cualquier lugar en el que se encuentren, donde el Espíritu esté presente” (Elaine S. Dalton, “Lugares santos en su vida”, Liahona, enero de 2013, pág. 51).
Mira lo que los jóvenes a continuación han dicho acerca de lo que les ayuda a permanecer en lugares santos. Luego descubre cómo puedes enviar tu propia foto y texto.
“Asistir a la Mutual me ayuda de muchas maneras a permanecer centrado en el Evangelio y cerca de él. Me ayuda a luchar contra la tentación y me recuerda el Evangelio al mismo tiempo que me divierto. La Mutual siempre me proporciona un mensaje espiritual que fortalece mi testimonio”.
Edgar C., Nueva York, EE. UU.
“Permanecer en lugares santos significa que yo debo escoger cuidadosamente cómo dedico mi tiempo libre, los amigos con quienes paso mi tiempo y en qué pienso. Cuando me acuerdo de que puedo tener la compañía del Espíritu Santo y ser digno de mis deberes como poseedor del sacerdocio, me ayuda a ser obediente”.
Chase H., Washington, EE. UU.
“Prepararme para ir a la Iglesia y asistir a las reuniones dominicales me ayuda a permanecer en lugares santos, porque me permite comprender lo que es estar en el mundo sin ser del mundo. Trae el espíritu a mi vida cuando sé que me estoy preparando para entrar en un lugar donde Dios está”.
Anna G., Washington, EE. UU.
“Permanecer en lugares santos significa rodearse de buenas personas, especialmente de buenos amigos y hacer siempre cosas importantes, como leer las Escrituras y orar. Cuando nos encontramos en lugares santos, estamos dejando entrar a Dios en nuestra vida y entonces Él realmente nos puede ayudar en tiempos difíciles”.
Jacob P., Utah, EE. UU.
“Cuando voy al templo, siento un poco de asombro que afecta profundamente mis sentimientos y actitud, y mantiene mi mente centrada en el Evangelio. Ese sentimiento permanece conmigo y me ayuda a mantenerme en el camino correcto y a practicar buenos hábitos que me permitirán continuar con firmeza”.
Kinsey S., Nueva York, EE. UU.
“Las reuniones del domingo ponen mi mente en situación de hacer lo correcto, para ser recto en mi vida diaria y tomar decisiones correctas”.
Jacob G., Washington, EE. UU.
“Para mí, permanecer en lugares santos implica vivir las normas cada día. Puedo ser un ejemplo para mis amigos y mi familia en todo cuanto hago”.
Kira N., Utah, EE. UU.
“El servicio me ayuda a obtener una perspectiva diferente al mostrarme todas mis bendiciones y lo que puedo dar a los demás. Para mí es una manera de estar en un lugar santo, tomar sobre mí el nombre de Cristo y ser un ejemplo dondequiera que vaya”.
Tanner A., Utah, EE. UU
“Yo sé que me encuentro en un lugar santo cuando allí se siente el Espíritu, ya sea que esté con un grupo de familiares y amigos, o incluso cuando estoy sola. Tan pronto como percibo que el Espíritu se retira y tengo una sensación inquietante en el estómago, sé que debo irme y buscar un lugar más santo”.
Hannah H., Washington, EE. UU.
“La Mutual es un lugar sagrado porque tengo la oportunidad de relacionarme y pasar un buen rato con mis compañeros del quórum”.
Jarrett A., Utah, EE. UU.
“Para mí permanecer en lugares santos significa más que sólo elegir los lugares correctos donde estar. Significa escoger los amigos adecuados y con ellos cumplimos juntos nuestras normas. Al hacerlo, el Espíritu Santo está constantemente conmigo”.
Ashley Y., Washington, EE. UU.
“No puede haber un lugar santo sin la mano de Dios. Quiero estar en lugares santos porque son exactamente eso, santos. Una manera de crear un lugar santo es prestar servicio. El servicio produce un impacto en la vida como ningún otro. Lo hago porque realmente marca la diferencia y ayuda a las personas”.
Isaac D., Nueva York, EE. UU.




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Lema de la Mutual para 2013

David L. Beck y Elaine S. Dalton Presidente General de los Hombres Jóvenes y Presidenta General de las Mujeres Jóvenes


“Permaneced en lugares santos y no seáis movidos” (D. y C. 87:8).

Permanecer en terreno más elevado

Por David L. Beck
Presidente General de los Hombres Jóvenes
El lema de la Mutual para 2013 proviene de Doctrina y Convenios 87:8: “Por tanto, permaneced en lugares santos y no seáis movidos, hasta que venga el día del Señor”. La pregunta que espero que todos los hombres jóvenes mediten durante este próximo año es: ¿Permanezco en lugares santos?
Al reunirme con hombres jóvenes valientes por todo el mundo, he sido testigo ocular de cómo miles de ustedes ya hacen esto de muchas formas. Permanecen en el lugar más santo de todos cada vez que entran al templo para realizar bautismos por los muertos. Los animo a que aprovechen cada oportunidad que tengan de entrar en el templo y que siempre sean dignos de hacerlo.
A medida que oren y estudien las Escrituras, procuren guardar los mandamientos y presten atención a los susurros del Espíritu, se encontrarán en un terreno más elevado. Por consiguiente, dondequiera que estén puede convertirse en un lugar sagrado.
Todos los días, al cumplir con su deber a Dios, permanecen en lugares santos y están en posición de elevar a otras personas. Permanecen en lugares santos al preparar, bendecir y repartir la Santa Cena cada domingo. Permanecen en lugares santos al compartir el Evangelio y cuando actúan como alguien que ministra, que siempre está dispuesto, y es capaz y digno de servir y fortalecer a los demás.
Como poseedores del Sacerdocio Aarónico, se les ha dado el mandato de amonestar, exponer, exhortar, enseñar e invitar a todos a venir a Cristo (véase D. y C. 20:59). El presidente Harold B. Lee (1899–1973) dijo: “No pueden elevar a otra persona mientras no se hallen en un terreno más elevado que ella… No pueden encender un fuego en otra alma a menos que ese fuego arda en la propia alma de ustedes” (“Stand Ye in Holy Places”, Ensign, julio de 1973, pág. 123). Jóvenes, eso significa que deben esforzarse constantemente por fortalecer su testimonio y siempre estar dispuestos a compartirlo.
Tienen la responsabilidad sagrada de ser un instrumento en las manos del Señor. A medida que oren y estudien las Escrituras, procuren guardar los mandamientos y presten atención a los susurros del Espíritu, se encontrarán en un terreno más elevado. Por consiguiente, dondequiera que estén puede convertirse en un lugar sagrado; entonces, cuando surjan dificultades, tendrán la fortaleza, el valor y la habilidad para elevar a los demás; tendrán el poder y la protección que el Señor promete a quienes permanecen en lugares santos.
Me encanta lo que dijo el presidente Thomas S. Monson acerca de esas promesas cuando nos aseguró que al acercarnos al Señor “sentiremos Su Espíritu en la vida, el cual nos dará el deseo y el valor de permanecer firmes en rectitud, de ‘[permanecer] en lugares santos y no [ser] movidos’ (D. y C. 87:8).
“A medida que los vientos del cambio soplen a nuestro alrededor y la fibra moral de la sociedad continúe desintegrándose ante nuestros propios ojos, recordemos las preciosas promesas del Señor a quienes pongan su confianza en Él: ‘No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré…’ (Isaías 41:10)”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 86).

Lugares santos en su vida

Por Elaine S. Dalton
Presidenta General de las Mujeres Jóvenes
El lema de la Mutual de este año las invita a salir del mundo y a entrar en el reino de Dios. Como el presidente Boyd K. Packer, Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, ha enseñado, vivimos en territorio enemigo (“Cómo sobrevivir en territorio enemigo”, Liahona, octubre de 2012, págs. 34–37; ). El “[permanecer] en lugares santos” es la clave para sobrevivir.
Cualquier lugar en el que se encuentren, donde el Espíritu esté presente, puede ser un lugar santo… Si viven dignos de la compañía constante del Espíritu Santo, entonces permanecen en un lugar santo.
De este lema surgen preguntas importantes: ¿Qué es un lugar santo? ¿Dónde se encuentra un lugar santo? ¿Cómo podemos permanecer en lugares santos? ¿Qué hacemos para que los lugares en los que nos encontramos regularmente sean más santos? A medida que busquen las respuestas a estas preguntas, dichas respuestas guiarán sus relaciones, su elección de actividades, su forma de vestir, sus palabras y sus acciones.
Se han comprometido a fortalecer su hogar y a su familia. Esfuércense por hacer de su hogar un lugar sagrado, lleno del Espíritu del Señor. Ustedes pueden apoyar las oraciones familiares y el estudio de las Escrituras en familia.
Su habitación puede ser un lugar santo que invite al Espíritu. Si el profeta viese su habitación, ¿la consideraría un lugar santo? ¿La consideran ustedes?
Podemos permanecer en lugares santos al ir a la Iglesia. En las Escrituras se enseña que los barrios y las estacas de Sión son lugares santos que serán “para defensa y para refugio contra la tempestad” (D. y C. 115:6).
El lugar más santo sobre la tierra es el templo. El presidente Thomas S. Monson ha dicho: “Ahora bien, mis jóvenes amigos adolescentes, siempre tengan el templo en la mira. No hagan nada que les impida entrar por sus puertas y participar de las bendiciones eternas y sagradas de allí. Felicito a los que ya van con regularidad a efectuar bautismos por los muertos” (“El Santo Templo: Un faro para el mundoLiahona, de mayo de 2011, pág. 90). Siempre sean dignos de tener una recomendación vigente para el templo, aun cuando el templo esté lejos.
Cualquier lugar en el que se encuentren, donde el Espíritu esté presente, puede ser un lugar santo”. El presidente Harold B. Lee (1899–1973) enseñó que los lugares santos tienen más que ver con la forma en que uno vive que con el lugar donde uno vive (véase Doctrina y Convenios, Manual para el alumno: Religión 324 y 325, 1a. ed. (Manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 1985, pág. 184). Si viven dignos de la compañía constante del Espíritu Santo, entonces permanecen en un lugar santo.
Todos los templos tienen la inscripción: “Santidad al Señor”. Procuren permanecer siempre en lugares santos. Al vivir las normas, orar a diario y leer las Escrituras —en especial el Libro de Mormón— sentirán la compañía del Espíritu Santo. El Señor mismo les promete: “Porque de cierto os digo que os esperan grandes cosas” (D. y C. 45:62). Yo estoy de acuerdo, ¡y testifico que es verdad!



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Salir con jóvenes del sexo opuesto

Larry M. Gibson Primer Consejero de la Presidencia General de los Hombres Jóvenes


Para establecer verdaderas amistades es necesario pasar tiempo cara a cara.
He tenido el privilegio de hablar con hombres y mujeres jóvenes de toda la Iglesia, y con frecuencia he escuchado que, aunque muchos tienen interés en establecer mejores amistades con los jóvenes del sexo opuesto, a menudo no saben exactamente cómo hacerlo.
Parecería que con todos los medios de comunicación social tendríamos que estar más conectados que nunca antes. Sin embargo, en cierto modo, puede que la tecnología esté haciendo que nuestras relaciones sean menos significativas. El sólo comunicarnos por medio de Tweeter, mensajes de texto, correo electrónico o agregar amigos a nuestra red, no puede establecer en forma genuina una relación equilibrada. Para establecer verdaderas amistades es necesario pasar tiempo cara a cara.
Es tiempo de que ustedes, maravillosos jóvenes, vuelvan a poner en vigencia lo que antes se conocía como pasar tiempo juntos con fines sociales.
Es tiempo de que ustedes, maravillosos jóvenes, vuelvan a poner en vigencia lo que antes se conocía como pasar tiempo juntos con fines sociales. Quizá hayan escuchado el término; a esta experiencia antes se la llamaba salir con jóvenes del sexo opuesto.

Respuestas a preguntas frecuentes

Muchos de ustedes tienen preguntas acerca de salir con jóvenes del sexo opuesto y en cuanto a los consejos que se dan en el nuevo librito Para la Fortaleza de la Juventud. A continuación se encuentran algunas de las preguntas que me han hecho y las respuestas que ofrece esta maravillosa guía.
No sé si estoy listo para salir con jóvenes del sexo opuesto. ¿Hay alguna razón en particular por la cual deba hacerlo?
Salir con jóvenes del sexo opuesto es importante por varias razones. En Para la Fortaleza de la Juventud se explica que este tipo de relación “permite que un joven y una jovencita se conozcan mejor. En las culturas en las que el salir con jóvenes del sexo opuesto sea aceptable, te puede servir para aprender y poner en práctica aptitudes sociales, cultivar amistades, divertirte sanamente y, con el tiempo, encontrar un compañero(a) eterno(a)”.
Se nos dice que no debemos salir con jóvenes del sexo opuesto hasta los dieciséis años ni comenzar una relación seria cuando somos muy jóvenes. ¿Por qué?
En Para la Fortaleza de la Juventud dice: “No debes salir a solas con jóvenes del sexo opuesto sino hasta que tengas por lo menos 16 años. Al empezar a salir, hazlo con una o con varias parejas más. Evita salir con frecuencia con la misma persona. El contraer una relación seria con alguien cuando se es muy joven, puede limitar la cantidad de otras personas que puedas llegar a conocer y tal vez puede conducir a la inmoralidad”.
Un muchacho quiere que salgamos juntos, pero no creo que él tenga las mismas normas que yo. ¿Qué debo hacer?
En Para la Fortaleza de la Juventud se enseña: “Decide salir únicamente con personas que tengan normas morales elevadas y en cuya compañía puedas mantener las tuyas… Sé siempre amable y respetuoso cuando invites a salir a alguien del sexo opuesto o cuando aceptes o rechaces una salida”.
A veces lo único que se me ocurre hacer al salir con jóvenes es ver una película. ¿Qué puedo hacer?
En Para la Fortaleza de la Juventud se nos dan estos principios prácticos: “Planifica salir con personas del sexo opuesto en actividades que sean seguras, positivas y económicas, y que los ayuden a conocerse mejor. Ve sólo a lugares donde puedas mantener tus normas y permanecer cerca del Espíritu”.
El salir con jóvenes del sexo opuesto tiene como fin cultivar relaciones mediante las cuales se puedan entablar muchas amistades.
Esos cuatro criterios tan sencillos —actividades que sean seguras, positivas, económicas y que los ayuden a permanecer cerca del Espíritu— dan lugar para muchas buenas salidas con jóvenes del sexo opuesto.
Al reflexionar con mi esposa sobre las primeras experiencias que tuvimos cuando empezamos a salir juntos, las que más se destacan son aquellas que costaron poco o nada de dinero, aquellas en las que estábamos al menos con otra pareja y teníamos la oportunidad de entablar lindas conversaciones y disfrutar de una buena interacción.

Proteger la virtud de unos y otros mutuamente

Permítanme terminar con otra cita muy importante de Para la Fortaleza de la Juventud y luego hablaré sobre un último tema. En primer lugar: “[Recuerden] que el joven y la jovencita que salen juntos tienen la responsabilidad de protegerse el honor y la virtud mutuamente”. Al salir con jóvenes del sexo opuesto, asegúrense de no hacer nada de lo cual se avergonzarían. Como enseñó el presidente Thomas S. Monson: “Al salir con jóvenes del sexo opuesto, sean respetuosos con la otra persona y esperen que ella también muestre el mismo respeto por ustedes”.

La diferencia entre salir y cortejar

Por último, aunque algunas personas definen las salidas como “cortejo”, el salir con jóvenes del sexo opuesto en la Iglesia no implica que se haya establecido una relación seria ni tampoco que no puedan salir con otras personas. De acuerdo con las normas de la Iglesia, el salir con jóvenes del sexo opuesto tiene como fin cultivar relaciones mediante las cuales se puedan entablar muchas amistades.
Al comenzar su vida de adultos —después de la misión, en el caso de los varones—, el Señor dice: “En el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón” (1 Corintios 11:11). Ésa es la época en que el salir con jóvenes del sexo opuesto se convierte en cortejo, como se hace hincapié en Para la Fortaleza de la Juventud: “Haz que el salir con alguien del sexo opuesto y el casamiento sean una prioridad mayor. Busca un compañero(a) digno(a) de entrar en el templo para sellarse a ti por el tiempo de esta vida y por toda la eternidad. El matrimonio en el templo y el formar una familia eterna son esenciales en el plan de felicidad de Dios”.



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Regalos que no se pueden envolver

Elyse Alexandria Holmes


A menudo durante la época navideña centramos la atención en dar regalos a las personas que amamos, pero hay que recordar que algunos de los mejores regalos son aquellos que no se pueden envolver. A continuación encontrarás algunos regalos inolvidables que puedes darle a tus padres.

Servicio

Uno de los regalos más maravillosos que puedes dar es el servicio. A tus padres les encantará.
  • Limpia la casa.
  • Ofrécete para cuidar a tus hermanos más pequeños.
  • Pon la mesa y recógela.
  • Prepara la cena para tu familia.
  • Lava la vajilla y barre el piso.
  • Ayuda a uno de tus hermanos con la tarea escolar.
  • Según el clima del lugar donde vivas, quita la nieve del camino de entrada o desmaleza el jardín.

Tiempo en familia

Aunque tengas muchas cosas que hacer, haz tiempo para tu familia. Tu presencia ayudará a apoyar a tus padres y ellos te agradecerán el esfuerzo.
  • Participa en la noche de hogar (sin que tengan que recordártelo).
  • Juega con tus hermanos.
  • Sé puntual para las cenas en familia.
  • Habla con los miembros de tu familia y escúchalos.
  • Participa de la oración familiar y la lectura de las Escrituras.
  • Pasa tiempo con tu familia y no sólo con tus amigos, o invita a tus amigos a actividades familiares (con el permiso de tus padres).

Compromiso

Haz saber a tus padres que te comprometerás a hacer algo importante. La mejor manera de demostrarles tu dedicación es empezar ahora y seguir adelante.
  • Prepárate para servir en una misión. De ser posible, empieza a ahorrar para la misión.
  • Estudia las Escrituras todos los días.
  • Ahorra parte de lo que ganes.
  • Ve a la escuela sin quejarte y haz los deberes de la escuela a tiempo.
  • Asiste a seminario. Si vas a seminario matutino, despiértate sin que te llamen.
  • Prepárate para el matrimonio en el templo. Haz una lista de las cualidades importantes que debes buscar en un futuro cónyuge y luego esfuérzate por tener esas cualidades tú mismo.

Actitud

Tus padres agradecerán que tengas una buena actitud hacia ellos y hacia el resto de los integrantes de la familia.
  • Ten una actitud positiva.
  • No hagas notar los defectos de tus padres ni los de tus hermanos.
  • Acostúmbrate a dar las gracias, incluso por las cosas pequeñas.
  • Escribe una carta de agradecimiento a tus padres por todo lo que han hecho por ti.
  • Resuelve los conflictos con tus padres o hermanos sin ira ni discusión.
  • Cuenta tus bendiciones, literalmente. Haz una lista de las cosas que has podido hacer gracias al apoyo de tus padres y compártela con ellos.



Fuente: https://www.lds.org

¿Tienes preguntas sobre Ven, sígueme?


Ven, sígueme es una manera nueva y emocionante de enseñar y aprender. También es un cambio importante y puede que tengas preguntas.
A continuación puedes encontrar respuestas a algunas preguntas más frecuentes. También puedes hacer preguntas haciendo clic en Comparte tu experiencia, en la parte inferior del artículo. Vuelve pronto para ver si hemos agregado una respuesta a tu pregunta.

¿Por qué el cambio?

Con los desafíos que enfrentamos en el mundo hoy en día, es más importante que nunca aprender, vivir y compartir la verdad. Con Ven, sígueme eso sucederá a medida que escudriñes las Escrituras, compartas tus pensamientos y aceptes invitaciones para aplicar lo que estás aprendiendo.

¿Cómo funciona?

Jóvenes en más de 40 estacas de todo el mundo han probado el nuevo curso de estudio y comparten sus experiencias positivas en varios videos breves en línea.
  • Nosotros aprendemos
    Hombres y mujeres jóvenes que han participado en Ven, sígueme hablan acerca de cómo ha mejorado el aprendizaje.
  • Nosotros enseñamos
    No estás allí sólo para escuchar. Aprende cómo el ayudar a enseñar también te ayudará a aprender.
  • Nosotros compartimos
    Cuando vienes dispuesto a compartir tus puntos de vista, las experiencias de todos pueden llegar a ser más significativas.
  • Nosotros actuamos
    El aceptar el desafío de actuar sobre lo que has aprendido, y ayudarse unos a otros a cumplir los compromisos, se ha convertido en un punto destacado para los jóvenes que participan.
  • Nos convertimos
    El fortalecer tu testimonio, profundizar amistades y prepararte para futuras responsabilidades son sólo algunos de los resultados para llegar a convertirse verdaderamente al evangelio de Jesucristo.

¿Qué aprenderé?

Las clases de la Escuela Dominical, además de las clases del Sacerdocio Aarónico y las Mujeres Jóvenes, se centrarán en una doctrina específica cada mes. Las lecciones se basarán en preguntas que tengas acerca del Evangelio. Por ejemplo, en enero de 2013 aprenderás acerca de la Trinidad al centrarnos en preguntas tales como:
  • ¿Qué sabemos acerca de la naturaleza de la Trinidad?
  • ¿Cómo puedo conocer a mi Padre Celestial?
  • ¿Por qué es importante Jesucristo en mi vida?
  • ¿Cuáles son las funciones del Espíritu Santo?
  • ¿Quién soy y quién puedo llegar a ser?
En la Escuela Dominical ya no estudiaremos las Escrituras en orden consecutivo (por ejemplo, Doctrina y Convenios un año y el Antiguo Testamento el siguiente).

¿Va a afectar a la Mutual?

Los temas mensuales pueden ayudarte a centrarte en tus actividades de la Mutual junto con el aprendizaje. Se insta a las presidencias de clase y de quórum a pensar en los temas a medida que planean las actividades de la Mutual. Las ideas para las actividades de las pautas de la lección pueden ser un punto de partida en la planificación.

¿De qué manera afecta esto a Seminario?

Seminario seguirá centrándose en un libro de las Escrituras (tales como el Nuevo Testamento o el Libro de Mormón) cada año, así como en el pasado.

¿De qué manera me ayudará a prepararme para una misión?

Llegar a conocer y preocuparse por aquellos a quienes enseña, al igual que aprender a enseñar el Evangelio por medio del Espíritu, es la esencia del servicio misional. El presidente Monson ha preguntado a los poseedores del Sacerdocio Aarónico de la Iglesia: “¿Están preparados para servir?”. Las habilidades que obtendrás al seguir y participar en Ven, sígueme pueden ayudarte a contestar la pregunta del presidente Monson con un rotundo “¡Sí!”.



Fuente: https://www.lds.org

Preparándose para servir: Sugerencias para las Mujeres Jóvenes


Si una misión es lo adecuado para ti, éstas son algunas formas en las que puedes continuar la preparación que ya has comenzado como discípula de Cristo.
Francesca había pensado mucho acerca de servir en una misión, pero tenía sólo 19 años y la opción de una misión todavía tenía dos años por delante. Sin saber lo que podría cambiar durante ese tiempo, se estaba preparando para servir del modo en que el Padre Celestial quisiera.
Cuando el presidente Thomas S. Monson anunció en la Conferencia General de octubre de 2012 el cambio en la edad de elegibilidad para el servicio misional, Francesca fue una de los muchos que se reunieron en consejo con sus padres y líderes del sacerdocio en busca de la confirmación espiritual para saber si la oportunidad era apropiada, e iniciaron el proceso de la recomendación misional.
El servicio misional es una oportunidad, no una obligación, para las mujeres de la Iglesia. Con espíritu de oración conversen con sus padres y líderes del sacerdocio acerca de su decisión de servir y cuándo deben prestar servicio.
Si ustedes también han sentido el deseo de servir y consideran que una misión es lo que el Padre Celestial desea para ustedes, entonces ya se habrán dado cuenta de que sus esfuerzos por vivir como discípulas de Jesucristo las han establecido firmemente en el sendero de la preparación para una misión exitosa.
Aquí hay algunas sugerencias adicionales para la preparación que tal vez deseen considerar.

Cómo iniciar el proceso

El servicio misional es una oportunidad, no una obligación, para las mujeres de la Iglesia. Con espíritu de oración conversen con sus padres y líderes del sacerdocio acerca de su decisión de servir y cuándo deben prestar servicio. Una vez que hayan decidido qué es adecuado, trabajen con su obispo o presidente de rama en todo el proceso de la recomendación misional.

Conocimiento del Evangelio y testimonio

El estudio regular de las Escrituras, la participación en la Iglesia y la asistencia a seminario han brindado un firme cimiento del conocimiento del Evangelio. Si no lo están haciendo, comiencen a estudiar Predicad Mi Evangelio, en especial el capítulo tres y las referencias de las Escrituras. Mientras se preparan en sus estudios para invitar a otras personas a recibir el Evangelio restaurado y venir a Cristo, se fortalecerán sus propios conocimiento y testimonios.
Prepárense para compartir el Evangelio aprovechando cada oportunidad de compartir lo que estén aprendiendo ahora mismo. Se encuentran oportunidades regulares en el programa del Progreso Personal, en el nuevo curso de estudio de Ven, sígueme, las maestras visitantes (si están en la Sociedad de Socorro), en acompañar a los misioneros de tiempo completo durante las lecciones (donde sea posible) y al invitar a otras personas a aprender más acerca del Evangelio restaurado. Utilizar el capítulo tres de Predicad Mi Evangelio para enseñar las lecciones de la noche de hogar también es una excelente manera de prepararse.

Dignidad personal

La dignidad personal es la clave para ser receptivas a la influencia del Espíritu Santo al prepararse para ayudar a los demás a venir al Salvador. La preparación constante para ser dignas de entrar en el Santo Templo es importante si se están preparando para servir o no en una misión. “Cuando una mujer joven es digna de entrar en el templo, entonces también está preparada para servir en una misión”, dijo la Presidenta General de las Mujeres Jóvenes, la hermana Elaine S. Dalton, en una entrevista para Church News. “¡El templo es lo primero! Una experiencia misional sirve para proporcionar un ambiente en el cual ella mantiene los convenios que ha hecho en el templo a medida que dedica su tiempo, talentos y recursos personales para edificar el Reino del Señor”.

Salud física

La misión requerirá un alto nivel de actividad. Mejoren su salud física si fuera necesario, esto aumentará no sólo su capacidad para llevar a cabo la obra, sino también su entusiasmo por ello.
Aprender a sobrellevar los desafíos y las tensiones de vivir y relacionarse con los demás es una importante aptitud, ya sea que sirvan una misión de tiempo completo o no.
La preparación física puede ser diferente para cada misionera. Como parte del proceso de recomendación para misioneros, estén seguras de consultar a su médico en cuanto a cualquier preocupación que puedan tener.

Salud emocional

Aprender a sobrellevar los desafíos y las tensiones de vivir y relacionarse con los demás es una importante aptitud, ya sea que sirvan una misión de tiempo completo o no. Sus padres y líderes del sacerdocio pueden ayudarlas a evaluar cuán preparadas están para manejar las tensiones de la vida de la misión y reconocer las debilidades en las que tal vez deseen concentrarse.
Predicad Mi Evangelio, el Manual misional y The District (un documental misional disponible en línea) pueden ayudarlas a entender y a prepararse para el estilo de vida misional antes de entrar en el campo.

Preparación financiera

Los líderes de la Iglesia por mucho tiempo han aconsejado a los candidatos a misioneros a prepararse para pagar tanto como sea posible de su servicio misional. Ustedes y sus familias deben considerar su situación económica con cuidado. Conversen con su obispo o presidente de rama si tienen preguntas. Aunque los problemas económicos fuera de su control no las descalifiquen automáticamente para el servicio, el Padre Celestial espera que hagan lo que esté dentro de su control.

Vestimenta y arreglo personal

No sólo es importante ahorrar dinero para cubrir los gastos mensuales de la misión, sino también para la ropa y otros artículos que van a necesitar en la preparación.
Como representantes de Jesucristo, todos los misioneros deben presentarse de manera apropiada. Tengan en cuenta las pautas de vestimenta y arreglo personal para las hermanas.
Esperen hasta tener su llamamiento para reunir la ropa y artículos, para que sepan lo que es adecuado para el clima donde podrán servir. Recuerden mantener su ropa y artículos al mínimo, porque mucho equipaje puede hacer más difíciles las mudanzas durante los traslados.

Preparación adicional

Para encontrar sugerencias adicionales y recursos para prepararse para servir en una misión, visita lds.org/missionary.
Vea ejemplos de las normas de vestimenta y arreglo personal para las hermanas misioneras.
Aprenda más acerca de la vida misional mediante The District, una serie sobre la vida cotidiana de los misioneros.



Fuente: https://www.lds.org