El ejemplo sí fue importante

Cada vez que oía las palabras “la obra misional”, pensaba en regalar un Libro de Mormón. Aunque había regalado ejemplares del Libro de Mormón con anterioridad, ninguna de aquellas personas parecía interesada en él. Sin embargo, lo que yo no sabía es que durante el último año y medio había sido una misionera por el mero hecho de ser fiel a mis normas.
Todo empezó el primer día de escuela de un año. Había llegado a mi primera clase temprano, así que me senté en el centro del salón de clases. Una muchacha llamada Alicia* vino y se sentó en la parte de atrás del salón. Dado que estaba sola, la invité a sentarse conmigo. Se había mudado durante el verano, por lo que aún no tenía amigos. Me alegró ver que íbamos a estar juntas en la mayoría de las clases. Así fue como nos hicimos amigas.
Durante el último año y medio he sido una misionera sólo por ser quien soy.Pero nuestras vidas eran muy diferentes. Alicia vestía ropa que difería de mis normas y decía malas palabras. En su escuela anterior le contestaba mal a los maestros y no le importaban las calificaciones. Tenía una mala relación familiar y se escapaba de casa para ir a fiestas.
He notado un gran cambio en ella desde que somos amigas. Ya no viste ropa inapropiada, pone cuidado en no decir malas palabras y ha mejorado sus calificaciones; incluso compite por las calificaciones más altas. Su vida familiar también ha mejorado mucho, y ya no se escapa más de casa ni va a fiestas de mala reputación.

Ciertamente, nuestro ejemplo también es parte de la obra misional cuando vivimos el Evangelio de Jesucristo.
* Se ha cambiado el nombre
Fuente: https://www.lds.org
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