Obtén el mayor beneficio de la conferencia general

Se acerca la conferencia general, por lo tanto, es el momento para comenzar a prepararse para escuchar y beneficiarse de los mensajes inspirados que dan los profetas, apóstoles y otros líderes de la Iglesia.
Antes de la conferencia
Haz que la conferencia sea más personal repasando los nombres y los rostros de las Autoridades Generales para poder reconocerlos y estar listo para escuchar sus mensajes. (Puedes encontrar las fotografías en los ejemplares de la conferencia de la revista Liahona y en este sitio.)
Ten a mano tus Escrituras y materiales para tomar nota.
Duerme bien para estar alerta y despierto durante la conferencia general.
Durante la conferencia
Asiste, ve o escucha todas las sesiones de la conferencia. Concéntrate sólo en la conferencia en lugar de tratar de hacer otra cosa al mismo tiempo.Escucha con atención e intención. Está atento para recibir respuesta a tus preguntas, ya sea respuestas de los discursos, oraciones o las impresiones del Espíritu.

Canta los himnos que entona la congregación, aun cuando veas o escuches la conferencia desde tu casa.
Después de la conferencia
Ora para agradecer por el consejo y la inspiración que hayas recibido.Estudia nuevamente los discursos de la conferencia. Se encuentran en texto, audio y video en conference.lds.org unos días después de la conferencia. Estudia los mensajes sólo o con tu familia y amigos. Si te es imposible escuchar todas las sesiones de la conferencia, asegúrate de estudiar lo que te hayas perdido.
Utiliza tus notas para fijar metas personales con el fin de proceder de acuerdo con lo que hayas aprendido o con la impresión que hayas recibido.
Sigue a los profetas al obedecer sus consejos.
Estudiar, meditar y aplicar
“Tengan presente que los mensajes que hemos escuchado durante… [la] conferencia se imprimirán en los ejemplares de las revistas Ensign y Liahona. Los exhorto a estudiar los mensajes, a meditar sus enseñanzas y después a aplicarlos en su vida” (Thomas S. Monson, “Palabras de clausura”, Liahona, mayo de 2010, pág. 113).Fuente: https://www.lds.org
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