lunes, 25 de febrero de 2013

Las metas, el crecimiento y el tiempo en familia

Janet Thomas


Las metas de Spencer en Mi Deber a Dios fortalecieron a su familia y lo ayudaron a acercarse más a las palabras de los profetas vivientes.
Un día en el verano pasado, Spencer J. viajaba hacia su casa durante unas vacaciones de verano con sus padres y su familia cuando decidió que en el auto era el momento perfecto para planificar algunas de sus metas del año siguiente. Él y su familia hicieron una gran lista de metas que le ayudarían a hacer planes para la escuela, trabajar para estar en mejor estado físico y cumplir su Deber a Dios.

Metas individuales

Las metas de estudios de Spencer incluían trabajar arduamente para conseguir calificaciones excelentes, hacerse amigo de los compañeros de escuela que parecieran estar solos y ser tutor de un alumno con dificultades en los estudios. También quería presentarse para estar en el consejo estudiantil de su estado (al cual fue elegido más tarde). Esa meta podría haber sido intimidante porque tenía que dar un discurso delante de 2.000 personas. Pero, como dice Spencer, “sería una experiencia impresionante hablar en otros estados sobre lo que están haciendo sus consejos estudiantiles”.
Spencer quería estar en mejor forma física. Decidió ponerse la meta de andar en bicicleta al menos 6,5 km tres días a la semana para prepararse para una misión. También decidió que correr 3,2 km por lo menos una vez a la semana. También participó en equipos de carreras y de tenis.
Como sacerdote en el Sacerdocio Aarónico, Spencer trabajó con los líderes del quórum para establecer la meta de ayudar a que la Santa Cena fuera más significativa al estar preparado para bendecir los emblemas, al decir las oraciones con mayor sinceridad e invitar a otros que no participan con frecuencia a que la bendijeran con él.
Realizar esas metas personales ha hecho a Spencer más feliz, más saludable y más preparado para los desafíos y oportunidades que afrontará en el futuro.
Realizar esas metas personales ha hecho a Spencer más feliz, más saludable y más preparado para los desafíos y oportunidades que afrontará en el futuro.

Una meta familiar

Después de que Spencer estableció sus metas individuales, él y sus padres diseñaron un gran plan. Como familia, ya estudiaban las Escrituras juntos, pero también querían analizar los discursos dados en la conferencia general. Sus padres le ofrecieron la oportunidad de dirigir esas reuniones de análisis. Él escogía un discurso de la conferencia más reciente y todos los domingos la familia pasaba unos 20 minutos hablando de ello. Spencer dice: “Leo con antelación el artículo seleccionado en Liahona. Entonces preparo preguntas para que las personas las respondan. Me da la oportunidad de dirigir en la familia, como si fuera una práctica para ser padre. Es muy agradable”.
Este estudio en familia hace que logre su meta de Mi Deber a Dios referente a orar y estudiar las Escrituras durante el año como presbítero. Él sigue el modelo de Mi Deber a Dios:
  • Aprende: Él organiza un tiempo durante el domingo por la tarde para dirigir la reunión de análisis. Recopila la información referente a la charla que ha escogido presentar.
  • Actúa: Lee el discurso en Liahona o mira el video de los discursos en línea y prepara sus preguntas para la reunión de análisis.
  • Comparte: Presenta su análisis y hace preguntas a su familia.
Este esfuerzo por cumplir su meta de deber a Dios ha ayudado a Spencer a mantenerse en el camino correcto. Él dice: “El proyecto nos ha impactado mucho. Ahora que es una meta de Mi Deber a Dios, estoy más motivado para lograrla. Mi familia ha sido más constante”.
La familia también se ha fortalecido debido a la meta de Spencer. El plan que hicieron juntos mientras viajaban en el auto ha probado ser un paso hacia adelante para todos.

Aprende más

Para aprender más acerca de Mi Deber a Dios y para leer y ver las experiencias de otros hombres jóvenes, visita dutytogod.lds.org.



Fuente: https://www.lds.org

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