domingo, 24 de febrero de 2013

Más que un diario de las Escrituras

Paul VanDenBerghe Church Magazines


Establecer una meta Mi Deber a Dios de llevar un diario de lectura de las Escrituras trajo consigo todo tipo de bendiciones inesperadas.
“Hola, me llamo Robbie. Estoy en el último año de secundaria. Anoche tuve la inspiración de que necesitaba escribir un diario; entonces, eso es lo que haré. Ya lo había hecho antes, pero esporádicamente y en trozos de papel”.
Esto fue lo primero que escribió Robbie S. en su diario. “Empecé más o menos así”, dice Robbie, “y luego comenzó a transformarse y me di cuenta de por qué necesitaba llevar un diario”.
Robbie explica que solía pensar que llevar un diario era sólo para su posteridad, pero luego, al leer en las Escrituras cada día y anotar las impresiones e ideas que venían a él, hizo un descubrimiento importante: “Me di cuenta de que leer las Escrituras y al mismo tiempo escribir en mi diario era una forma de recibir revelación”.

El plan

Desde noveno grado Robbie había sido constante en la lectura de las Escrituras, pero fue después de leer la sección “Ora y estudia las Escrituras” en Cumplir Mi Deber a Dios: Para poseedores del Sacerdocio Aarónico que decidió transformar su lectura de las Escrituras en su estudio de las Escrituras. Se puso la meta de leer el Libro de Mormón todos los días y escribir en un diario acerca de lo que había leído ese día. A Robbie le gustó poder establecer sus propias metas en Mi Deber a Dios. Dice que era más personal y que sintió que estaba haciendo algo más que marcar las casillas para ganar un premio. “Realmente me gusta que Mi Deber a Dios sea algo que se hace toda la vida”, agrega.

El comienzo de las bendiciones

“Al estudiar las Escrituras y después escribir en mi diario personal, veía lo que había escrito y pensaba: ‘No fui yo el que escribió eso’. Era inspiración personal que había recibido directamente de Dios. He recibido respuestas a mis oraciones y consejo para mi vida sobre cosas que necesitaba hacer mejor. ¡No tenía ni idea de que la revelación se recibiera así!”.
El llevar un diario ha cambiado a Robbie de manera profunda, como cuando reconoce la revelación personal en su vida, pero también de manera más sencilla, en cosas cotidianas.
El llevar un diario ha cambiado a Robbie de manera profunda, como cuando reconoce la revelación personal en su vida, pero también de manera más sencilla, en cosas cotidianas, como el hecho de comunicarse con los demás en la escuela. Otra entrada en su diario es un buen ejemplo de cómo el leer un pasaje específico en el Libro de Mormón dio lugar a que Robbie cambiara su comportamiento. La entrada dice lo siguiente:
“Cuidado con el orgullo. Recién comencé a leer 4 Nefi y tengo que tener cuidado con el orgullo. Debo procurar hacerme amigo de más personas y hablar con más personas en la escuela.”
Así que Robbie decidió sentarse al lado de quienes se sentaban solos durante el almuerzo. También se puso como meta conocer a personas nuevas en la escuela cada semana. De esta experiencia Robbie aprendió que “cuando uno se olvida de sí mismo, se puede ser una gran influencia positiva en la vida de las personas”.
Robbie salió a conocer personas nuevas y a influir positivamente y a gran escala en sus vidas, pues actualmente presta servicio en una misión de tiempo completo en Kiev, Ucrania.

Todo en la familia

Incluso antes de salir para una misión, el impacto de su ejemplo no fue sólo en amigos de la escuela, sino mucho más cerca de casa. Scott, el hermano de Robbie, y que ahora es presbítero, decidió seguir su ejemplo y trazó un plan para leer las Escrituras todos los días y llevar también un diario de las Escrituras. Scott quería experimentar las mismas bendiciones que vio en su hermano, por lo que lee fielmente el Antiguo Testamento por las mañanas para cumplir con el programa de seminario, y luego lee el Libro de Mormón por las noches. Al igual que Robbie, dice que su plan de Mi Deber a Dios lo ha fortalecido y acercado más al Salvador.
“Puedo ver una gran diferencia en cómo manejo las cosas durante todo el día en la escuela”, dice Scott. “Me siento simplemente feliz, me siento limpio y puro. Tengo más certeza de estar haciendo lo correcto”.
El modelo del ejemplo prosigue en la familia. Como parte del proceso de “Aprende, actúa y comparte” de Mi Deber a Dios, Scott compartió su testimonio del estudio de las Escrituras con su hermano menor, Josh, que es diácono, y le escribió esta nota para animarlo a leer las Escrituras:
Lo que comenzó como un plan de “estudiar las Escrituras” de un jovencito ha ayudado al resto de su familia a experimentar el gozo que puede aportar el estudio de las Escrituras.
“Josh, no sé si has empezado a leer el Libro de Mormón por ti mismo o no. Pero si no lo has hecho, te desafío a que lo hagas. El Libro de Mormón ha sido una gran influencia en el fortalecimiento de mi testimonio. Sé que es la palabra de Dios. Te amo y quiero estar contigo para siempre en el reino celestial. Sé que he sido bendecido por las enseñanzas del Libro de Mormón y tú también puedes serlo.”
Ahora Josh ha establecido un plan en Mi Deber a Dios de leer las Escrituras todos los días y llevar un diario de las Escrituras siguiendo el ejemplo de sus dos hermanos mayores.
Lo que empezó como un plan de “estudiar las Escrituras” para un joven no sólo enriqueció su propio estudio de las Escrituras, sino que también ha ayudado al resto de su familia a experimentar el gozo que puede aportar el estudio de las Escrituras. El plan de estudios de Robbie ha llegado a ser mucho más que sólo un diario de lectura de las Escrituras.

Anota tus impresiones

“Anota las cosas importantes que aprendas del Espíritu y guarda esas anotaciones en un lugar seguro. Descubrirás que al anotar tus preciadas impresiones, a menudo se te ocurrirán más. Además, el conocimiento que obtengas estará a tu disposición por el resto de tu vida” (Richard G. Scott, “Cómo adquirir conocimiento y la entereza de utilizarlo con sabiduría”, Liahona, agosto de 2002).



Fuente: https://www.lds.org

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